Hoy es el dia para contar esa historia que mencione hace varias entradas atrás... Hoy tengo el coraje para enfrentarme a mi realidad y decidir que debo y que no debo callar.
He conocido un hombre muy interesante y me ha provocado el deseo de seguir escribiendo -lo que me alegra mucho- pero hoy... Hoy quiero confesar... Quiero liberarme de ataduras y remordimientos, y corajes y frustraciones pasadas... Quiero sentirme libre de toda culpa.
Aquel hombre que se atrevió un día a decir que yo debía ser muy mala para estar sola, no sabe lo que decía, ni lo que había provocado... Yo le deseaba en silencio... y el lo sabía, pues era muy visible mi atracción hacia él. ¡¿Cómo evitar verle y no ponerme nerviosa y que mis ojos no brillaran?!! ¡Imposible!!!
A mi nunca me ha gustado mucho el hombre caucásico... o, por decirlo así, blanco, rubio y de ojos claros... aunque yo realmente no discrimino, puedo admirar la belleza -o la fealdad- en uno. Pero aquel hombre... aquel hombre ¡me tenía cautivada! ...Hasta el día que me trató como niña pequeña... Me lastimó mucho su forma de dirigirse a mi; me hirió en lo más profundo de mis sentimientos cuando lo escuché decir que no sabía quién era yo... y todavía me duele y me hierve la paciencia de sólo recordarlo...
Me gustaría verle nuevamente... para saber si se acuerda de mi, para ofenderle de la misma forma, para negar que lo conosco... repetirle sus mismas palabras... Se que no debo albergar estos sentimientos dentro de mi, pero con él, no puedo evitarlo...
Hoy confieso que pude haber llegado a amarlo... que desee que sus cuidadas y suaves manos me acariciaran, que sus suaves palabras me transportaran a otros mundos. Hoy confieso que lo extraño...
Comparto con ustedes, mis queridos lectores, mi respuesta cuando me dijo que yo era mala y que él nunca supo que la escribí...
A: Mr. B.
He conocido un hombre muy interesante y me ha provocado el deseo de seguir escribiendo -lo que me alegra mucho- pero hoy... Hoy quiero confesar... Quiero liberarme de ataduras y remordimientos, y corajes y frustraciones pasadas... Quiero sentirme libre de toda culpa.
Aquel hombre que se atrevió un día a decir que yo debía ser muy mala para estar sola, no sabe lo que decía, ni lo que había provocado... Yo le deseaba en silencio... y el lo sabía, pues era muy visible mi atracción hacia él. ¡¿Cómo evitar verle y no ponerme nerviosa y que mis ojos no brillaran?!! ¡Imposible!!!
A mi nunca me ha gustado mucho el hombre caucásico... o, por decirlo así, blanco, rubio y de ojos claros... aunque yo realmente no discrimino, puedo admirar la belleza -o la fealdad- en uno. Pero aquel hombre... aquel hombre ¡me tenía cautivada! ...Hasta el día que me trató como niña pequeña... Me lastimó mucho su forma de dirigirse a mi; me hirió en lo más profundo de mis sentimientos cuando lo escuché decir que no sabía quién era yo... y todavía me duele y me hierve la paciencia de sólo recordarlo...
Me gustaría verle nuevamente... para saber si se acuerda de mi, para ofenderle de la misma forma, para negar que lo conosco... repetirle sus mismas palabras... Se que no debo albergar estos sentimientos dentro de mi, pero con él, no puedo evitarlo...
Hoy confieso que pude haber llegado a amarlo... que desee que sus cuidadas y suaves manos me acariciaran, que sus suaves palabras me transportaran a otros mundos. Hoy confieso que lo extraño...
Comparto con ustedes, mis queridos lectores, mi respuesta cuando me dijo que yo era mala y que él nunca supo que la escribí...
A: Mr. B.
Dices que soy mala porque he dejado que la soledad se apodere de mi vida; porque no hay nadie que me acompañe en mi triste andar por el mundo.
Soy mala porque no comparto mi sufrir; soy egoísta porque todo el dolor es mío. No quiero compartirlo contigo, no quiero que sufras...
Soy mala porque he sabido controlar mis impulsos de querer besar tus labios, de querer acariciar tu piel. Porque no he querido llegar hasta tu cuerpo. Soy mala porque te respeto...
Mala... mala, porque no he querido seducirte. Porque no he querido dejarme seducir por el placer de una noche. Mala porque no he querido enredarme con un hombre que no va a ser para mi, que no me puede garantizar la felicidad... un hombre que es de otra.
Soy mala porque me alejo de los problemas que podrían causar el enredarme con un hombre casado.
Soy mala... porque tus ojos me intimidan, porque no he querido perderme en ellos.
¿Acaso tú no eres malo? ¿Qué persigues tú al decir esas palabras? ¿Qué me dicen tus gestos, tus actos? ¿Qué quieres de mi? ¿Quién es el malo, tu o yo?
Yo soy mala porque aun sueño con la llegada del verdadero amor... ¿y tu?
c. 2001-2002
Nota al calce para mis adentros: Creo que voy a "meter las patas" con esta publicación, otra vez, pero ya ¿qué rayos importa? Estoy harta de lo que la gente espera que yo haga y que traten de evitar que haga otras... Yo soy única y mis experencias vividas me han enseñado a ser como soy... y aún así, no soy tan mala... todavía puedo amar... quiero amar... necesito amar!!
Lo que me divierte es que releyendo este escrito me he percatado de que este hombre al que acabo de conocer, me tiene cautiva con su mirar.. al igual que el protagonista de esta historia... Su mirada me intriga, me intimida... Creo que las miradas intensas y profundas me matan...
Si el decir lo que siento, lo que pienso, lo que quiero y anhelo me va a condenar a la eterna soledad, lo acepto. No voy a quedarme callada por no "espantar a los hombres"... No pienso "modificar mi conducta rebelde" para agradar a los demás; para "conseguir un hombre bueno que quiera casarse" conmigo (¿?)... ("Te vas a quedar sola si sigues asi...")
Solo espero que entiendan que Yo soy Yo hasta el último de mis días. Y si no pueden bregar con eso... callen, miren para otro lado o siguan andando...
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